Los alfajores son un dulce tradicional originario de España que ha sido adoptado y adaptado ampliamente en países de América Latina, especialmente en Argentina, Uruguay, Perú, Chile y México, donde se ha convertido en una parte fundamental de la cultura gastronómica. A lo largo del tiempo, este postre ha evolucionado significativamente, presentando una gran variedad de estilos, rellenos y coberturas según la región.
En su forma más popular en América del Sur, el alfajor consiste en dos galletas suaves o crocantes unidas por un relleno dulce, generalmente dulce de leche, aunque también se pueden encontrar variantes con mermelada, crema de frutas, mousse de chocolate o incluso mousse de limón. Las tapas pueden estar hechas de masa con base de harina de trigo, almidón de maíz o una mezcla de ambas, lo que les da una textura particular. Una vez armados, los alfajores suelen estar cubiertos con chocolate, glaseado de azúcar, azúcar impalpable o coco rallado.
En Argentina, por ejemplo, existen innumerables marcas y variedades de alfajores, desde los industriales hasta los artesanales. Es común encontrar versiones regionales como el alfajor marplatense, más grande y recubierto de chocolate, o el alfajor cordobés, con frutas y masa hojaldrada. También hay alfajores de maicena, con una textura muy suave, que se deshace en la boca y está tradicionalmente cubierto de coco.
En Perú y Chile, los alfajores tienden a ser más pequeños y delicados, muchas veces espolvoreados con azúcar impalpable. En México, el término puede referirse a dulces más parecidos a una golosina tradicional o incluso a productos inspirados en recetas árabes, como en la versión andaluza del alfajor.
El origen del alfajor se remonta a la cocina andalusí, con influencias árabes, y su nombre proviene del término árabe "al-hasú", que significa "relleno". Desde la península ibérica, el dulce fue llevado a América por los colonizadores, y con el paso del tiempo se transformó para adaptarse a los ingredientes locales y a los gustos de cada región.
Hoy en día, el alfajor es más que un simple dulce: es un símbolo cultural, una tradición que acompaña el café de la tarde, que se regala en cajas decorativas o se disfruta como parte de celebraciones. Su versatilidad, historia y sabor lo convierten en uno de los postres más queridos y representativos de América Latina.
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